Nuestra ruta de hoy recorre el sendero de pequeño recorrido PR-AS- 284 conocido como la Senda de Samuel, en honor a Samuel Cachero Álvarez, promotor, junto con César Alonso, de la idea de hacer esta ruta y uno de los policías más laureados por su labor en la lucha antiterrorista. Esta ruta ha sido llevada a cabo gracias a la ayuda del Ayuntamiento de Ribadesella y de las Asociaciones de Vecinos de Cuerres y Llames de Pría.

Se trata de un circuito de baja dificultad recomendado para niños a partir de 4 años  y con un desnivel de apenas 50 m. El recorrido tiene una longitud de 4 km, que puede ser ampliable a otros 3 km más si se quiere también visitar los bufones y cenotes de Pría. El recorrido fluvial nos llevará unas 2 horas y el recorrido completo visitando los bufones nos tomará unas 4 horas.

El sendero parte de la población llanisca de Llames de Pría, a la que accedemos por la carretera local LLN-17, en cuya plaza existe un panel explicativo en el que se hacen algunas observaciones sobre la ruta, se marca su recorrido circular sobre una ortofoto a modo de mapa y se muestran fotografías de los elementos más llamativos del recorrido.

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Bufones de Pría durante un temporal desde los acantilados de Cuerres.

Puente de Mía

Tomamos la carretera de Pría a Belmonte, conocida como el Camino del Río. Tras unos 800 m tomaremos la pista que desciende ligeramente a mano derecha y que enlaza con el Camino de Santiago del Norte o de la Costa. Caminaremos unos 200 m hasta llegar al bonito puente medieval de Mía donde una portilla de madera nos permite la entrada a la vega del río Guadamía. Esta llana pradería ha sido generada por el propio río ya que es la encargada de absorber el excedente de agua y de materiales durante las inundaciones. La sucesión de repetidos eventos de inundación durante largos periodos de tiempo van depositando la carga que acarréa el río, formándose estas fértiles vegas que se conocen como llanuras aluviales. Un poco más abajo veremos como la vega se estrecha y a la izquierda existe una terraza en el terreno situada unos 2 metros por encima de nosotros. Se trata de una terraza aluvial generada en otros tiempos cuando el nivel del río, y por lo tanto el nivel del mar estaba más elevado, ésto pudo suceder hace unos 6000 años cuando el mar Cantábrico estaba 2-3 m más alto que el actual. Este período se conoce como Flandriense y se produjo, entre otras causas, como consecuencia de la fusión de los hielos que cubrían nuestras montañas al finalizar la última gran glaciación que como vimos en nuestra ruta anterior por los Lagos de Covadonga, comenzó hace 40.000 años. Para adaptarse a este nuevo nivel de base los ríos depositaron material en su desembocadura y las playas se ubicaban a mayores alturas que las actuales. Es por eso que hoy podemos encontrar depósitos de playa formados por arenas y cantos rodados colgados en los acantilados a estas alturas, tal y como se observa en la cercana playa de Cuevas del Mar, en las inmediaciones de Nueva del Mar. En otros puntos de la costa y en relación con este periodo de nivel del mar alto, se observan los concheros, acumulaciones de conchas dejadas por el hombre prehistórico en las entradas de las cuevas. Destacar que en Llanes se encuentra el 90% de los yacimientos de este tipo que se han descubierto en Asturias.

El río Guadamía

Todo el recorrido transcurre a la vera del río Guadamía, límite natural entre los concejos de Llanes y Ribadesella. En el oriente de Asturias la presencia de las permeables calizas hace que la mayoría de los cursos de agua sean subterráneos, lo que hace que el río Guadamía sea especial ya que su recorrido es en su parte final totalmente superficial desde su nacimiento en la base de la Sierra del Cuera. En un territorio calcáreo como el que nos ocupa las aguas están muy cargadas en carbonato cálcico, ésto hace que se forme actualmente un tipo especial de roca, muy apreciado en construcción: las tobas o travertinos. Así a lo largo del cauce tendremos la ocasión de observar algunos ejemplos de terrazas de travertinos que generan pozos y pequeños saltos de agua en el arroyo. Otro elemento que podremos observar en el río son las marmitas de gigante, pozas con formas redondeadas formadas por la erosión de los cantos transportados. Los cantos giran en círculos, como si se tratase de una lavadora, debido a la turbulencia del agua. El roce de los cantos contra el fondo del río genera estas curiosas pozas.

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Además de una exuberante vegetación de ribera, a lo largo del curso del río también podremos observar multitud de elementos etnográficos como antiquísimos puentes, entre lo que se destacan el Puente Arenes y el Puente Toskila, que se encuentran en el antiguo camino que unía Llames de Pría con Cuerres, molinos de maíz movidos por la fuerza del rio, como el molino del Pico y su azud, algún lavadero, etc. En el nuevo trazado de la ruta se han habilitado pasarelas de madera y barandillas para proteger el camino en los tramos más cercanos al río.

Playa de Guadamía

En el tramo final del río veremos cómo su fondo van apareciendo arenas y nuevos tipos de vegetación. Esto evidencia la cercanía de la playa y la influencia del agua salada en el entorno. El paseo fluvial culmina en la zona de La Xatera, donde se encuentra la playa de Guadamía, arenal en forma de embudo formada por la entrada de las arenas litorales en el valle tallado por el Guadamía, y donde podremos tomarnos un respiro y disfrutar de un relajado baño.

La playa de guadam

La playa de Guadamía durante la pleamar se queda reducida a un pequeño arenal muy protegido.

Una vez llegados a este punto la ruta enlaza con la senda costera (G. R. E-9) que nos devolverá a Llames de Pría. Aquí podremos tomar dos caminos, o bien regresar a la plaza de Llames, donde dejamos nuestro vehículo, o bien seguir hacia la izquierda por la carretera que nos conduce hacia los bufones de Pría.

Los bufones y cenotes de Pría

Tomamos la carretera que bordeando la playa de Guadamía por su margen derecha nos conduce al mayor campo de bufones de todo el litoral cantábrico. Comentar que en los últimos años los vecinos de Cuerres y Llames han llevado a cada una intensiva lucha porque este precioso espacio de nuestro Patrimonio Natural sea considerado dentro de la Red de Espacios Protegidos como Monumento Natural, igual que lo son los Bufones de Arenillas o los de Santiuste, también en el concejo de Llanes. Esta figura de protección pretende acabar con los destrozos medioambientales que están sucediéndose en la zona en los últimos años debido a la masificación turística. La entrada de coches hasta el mismo campo de bufones está produciendo la erosión del suelo así como la proliferación de vertederos dentro de los mismos bufones acumulándose plásticos, latas y botellas en todo el entorno. ¡Seamos respetuosos!

En la entrada al campo de bufones nos recibe el bufón de Los Palenques una ruidosa sima cuya actividad ha depositado en su entorno gran cantidad de arenas. Un paseo por toda la zona nos permitirá descubrir numerosas simas bufadoras que, durante los temporales, son capaces de expulsar chorros de agua marina a varios metros de altura. Entre ellos se destaca el bufón de La Bramadoria situado en el sector norte del acantilado donde el agua es expulsado a través de una sima estrecha y alargada con tal fuerza que fue el responsable de la muerte de una persona hace unos años. No debemos subestimar la fuerza del mar y ser precavidos durante los temporales, no acercándonos a los bufones ni al borde del acantilado, donde es normal que las olas lo rebasen penetrando varios metros tierra adentro.

Una vez visitados los bufones seguiremos un pequeño sendero de pescadores hacia el este que nos conducirá hacia la zona de La Puente donde admiraremos un paisaje espectacular. La Puente no es otra cosa que un arco rocoso generado por el colapso de una galería submarina en varios sectores. Las zonas colapsadas se denominan cenotes y son pozas muy verticales donde el mar se agita en su fondo. Se trataría por lo tanto de una especie de lagunas marinas donde la entrada del mar se produce a través de tubos subterráneos conectados con el mar, del mismo modo que ocurre en la Playa de Gulpiyuri o en la Playa de Cobijeru, playas interiores del concejo de Llanes consideradas como Monumentos Naturales. Si aún seguimos con ganas de descubrir más rincones de la costa podremos avanzar por el borde costero hacia el este donde nos sorprenderán los cenotes de Pozu Secu, los cuales, a pesar de su nombre se comportan como grandes bufones expulsando grandes cantidades de agua durante los mayores temporales.

pozu_grallas

La entrada de agua marina sobre el acantilado queda puesta de manifiesto por la existencia de gran cantidad de especies tolerantes a la salinidad (halófilas), muchas de ellas muy escasas en nuestro litoral por las especiales condiciones en las que crecen. Una vez visitada la zona del Pozu Secu podemos volver a Llames de Pría, volviendo sobre nuestros pasos, o tomando una pista que desde Llames da acceso a las fincas del entorno y que completa este interesante circuito.

Fin de ruta

En Llames de Pría existen varios bares y merenderos donde podremos finalizar nuestra jornada senderista con una buena cerveza. También podemos terminar la ruta en la cercana Playa de Cuevas del Mar, donde existe un animado chiringuito. En Cuevas del Mar podremos darnos un relajado baño y observar los depósitos y las cuevas generadas por el mar en momentos en los que estaba más alto que el actual. Esta playa junto con la de Guadamia son playas especialmente recomendadas para niños por tratarse de playas recogidas del oleaje y de muy poca profundidad.

Documentación

  • Mapa Picos de Europa y Costa oriental de Asturias. Mapa topográfico excursionista con 50 itinerarios pedestres. Escala 1:80.000. Ediciones Adrados. Miguel Angel Adrados